En primer lugar querría dar a Pilar Rahola todo mi apoyo, todo mi cariño y los mayores agradecimientos por, como personaje público, ser la cabeza de turco de ciertos sectores que parece que en nuestro país están proliferando con mucha fuerza.
Nací en Barcelona hace 25 años, mi lengua de uso habitual es el catalán, he militado en la izquierda, he sido "casteller", soy "culé" (fan del Barça) convencido, podría cantar el virolai, y he subido a Montserrat a pie más de 4 veces... Pero parece que hoy en Catalunya tengo una tara, una peligrosa tara... Soy judío.
La exportación del conflicto de Oriente Medio a mi casa, que queda pálido ante circunstancias como las que está viviendo Pilar en carne propia me da miedo y a la vez una gran tristeza. Imagino que mis abuelos vinieron a Barcelona porque deseaban que mi madre viviese en un ambiente tranquilo y próspero, mi madre quiso ponerme como primer nombre Guillem, en honor a una tierra que consideraba idónea para nuestro futuro y hasta hace poco yo también pensaba que en Catalunya uno podía ser o hacer lo que quisiera siempre que fuera respetuoso con los demás...
Soy un ciudadano catalán preocupado por su seguridad y la de los suyos. De hecho, no recuerdo ningún acto cultural, folclórico, artístico, etc organizado o protagonizado por catalanes judíos donde no hubiese estado presente la polícía.
La televisión que nació el mismo año que yo y durante tantos años ha sido "la mía" parece que obvie en sus informativos que el hecho de ser judío o ciudadano de Israel no implica en ningún caso estar totalmente de acuerdo con lo que su gobierno haga o deje de hacer y, permitidme que opine, ayuda o incita a que en Catalunya el antisemitismo crezca de manera espectacular.
Querría compartir con mis conciudadanos el sentimiento de incomprensión que tengo cuando un grueso de las izquierdas de Catalunya no condenan a Hamas con la misma fuerza que lo hacen respecto al Estado de Israel. No entiendo, desde mi visión de persona de izquierdas, que aquellos que se congratulan por la equiparación de los derechos de la mujer, de la ley de matrimonio homosexual o de la memoria histórica entre otros logros se manifiesten conjuntamente al lado del Coran, gritos jihadistas y propaganda antijudía. ¿Alguno se imagina al señor Saura, por ejemplo, en una manifestación con gente alzando los evangelios? ¿Alguno no encontraría ridículo que después de los atentados del 11 M en Madrid el señor Zerolo, por ejemplo, desfilara junto a personas con pancartas para erradicar a los musulmanes? ¿En algún lugar del mundo fuera de Israel y Palestina los judíos han atacado intereses o asociaciones palestinas?
Los catalanes, que jamás hemos sido un pueblo violento y radicalizado, ¿permiten pues la proliferació de este tipo de comportamientos en nuestra propia casa?
La comunidad judía en Catalunya es reducida y sus miembros vivimos integrados en la sociedad catalana hasta el punto de que afortunadamente pasamos desapercibidos. Normalmente cuando explico a alguien que soy judío la gente exclama:
La señora Rahola es una persona valiente, yo en cambio, como la mayoría de mis amigos judíos me he dejado vencer por el miedo. Si Barcelona y su Ayuntamiento y Catalunya y la Generalitat se felicitan y hacen propaganda de lo cosmopolita que es la ciudad y el país, imagino que no les hará mucha ilusión que los judíos que ya vivíamos discretamente en esta ciudad, optemos por volver a escondernos de la misma manera que lo hicimos durante el franquismo. Curiosamente entonces, esta izquierda que parece querer borrarnos del mapa compartía con nosotros ateneos, subterráneos y meriendas en casas privadas.
Guillem Gabriel C. P.
Nací en Barcelona hace 25 años, mi lengua de uso habitual es el catalán, he militado en la izquierda, he sido "casteller", soy "culé" (fan del Barça) convencido, podría cantar el virolai, y he subido a Montserrat a pie más de 4 veces... Pero parece que hoy en Catalunya tengo una tara, una peligrosa tara... Soy judío.
La exportación del conflicto de Oriente Medio a mi casa, que queda pálido ante circunstancias como las que está viviendo Pilar en carne propia me da miedo y a la vez una gran tristeza. Imagino que mis abuelos vinieron a Barcelona porque deseaban que mi madre viviese en un ambiente tranquilo y próspero, mi madre quiso ponerme como primer nombre Guillem, en honor a una tierra que consideraba idónea para nuestro futuro y hasta hace poco yo también pensaba que en Catalunya uno podía ser o hacer lo que quisiera siempre que fuera respetuoso con los demás...
Soy un ciudadano catalán preocupado por su seguridad y la de los suyos. De hecho, no recuerdo ningún acto cultural, folclórico, artístico, etc organizado o protagonizado por catalanes judíos donde no hubiese estado presente la polícía.
La televisión que nació el mismo año que yo y durante tantos años ha sido "la mía" parece que obvie en sus informativos que el hecho de ser judío o ciudadano de Israel no implica en ningún caso estar totalmente de acuerdo con lo que su gobierno haga o deje de hacer y, permitidme que opine, ayuda o incita a que en Catalunya el antisemitismo crezca de manera espectacular.
Querría compartir con mis conciudadanos el sentimiento de incomprensión que tengo cuando un grueso de las izquierdas de Catalunya no condenan a Hamas con la misma fuerza que lo hacen respecto al Estado de Israel. No entiendo, desde mi visión de persona de izquierdas, que aquellos que se congratulan por la equiparación de los derechos de la mujer, de la ley de matrimonio homosexual o de la memoria histórica entre otros logros se manifiesten conjuntamente al lado del Coran, gritos jihadistas y propaganda antijudía. ¿Alguno se imagina al señor Saura, por ejemplo, en una manifestación con gente alzando los evangelios? ¿Alguno no encontraría ridículo que después de los atentados del 11 M en Madrid el señor Zerolo, por ejemplo, desfilara junto a personas con pancartas para erradicar a los musulmanes? ¿En algún lugar del mundo fuera de Israel y Palestina los judíos han atacado intereses o asociaciones palestinas?
Los catalanes, que jamás hemos sido un pueblo violento y radicalizado, ¿permiten pues la proliferació de este tipo de comportamientos en nuestra propia casa?
La comunidad judía en Catalunya es reducida y sus miembros vivimos integrados en la sociedad catalana hasta el punto de que afortunadamente pasamos desapercibidos. Normalmente cuando explico a alguien que soy judío la gente exclama:
Pero si no llevas kipá! Si hablas catalán! Si eres de izquierdas! Si no te pones tefilim! Si llevas la cabeza rapada y hasta sabes cantar el virolai!
La señora Rahola es una persona valiente, yo en cambio, como la mayoría de mis amigos judíos me he dejado vencer por el miedo. Si Barcelona y su Ayuntamiento y Catalunya y la Generalitat se felicitan y hacen propaganda de lo cosmopolita que es la ciudad y el país, imagino que no les hará mucha ilusión que los judíos que ya vivíamos discretamente en esta ciudad, optemos por volver a escondernos de la misma manera que lo hicimos durante el franquismo. Curiosamente entonces, esta izquierda que parece querer borrarnos del mapa compartía con nosotros ateneos, subterráneos y meriendas en casas privadas.
Guillem Gabriel C. P.
1 comentario:
yo soy un admirador del pueblo de israel actual y del pueblo judio en general, es un pueblo que ha aportado a la cilivizacion de la humanidad en proporcion a su numero mas que cualquier otro pueblo desde los albores de la humanidad solo desde una incultura manifiesta se pueden decir ciertas afirmaciones que se subscriben progresistas o de izquierdas ultimamente estas dos ultimas palabras estan desprestigiadas porque son usadas por personas inadecuadas.
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