Dijo HUGO CHAVEZ, Presidente de Venezuela:
Nosotros, los chavistas, despreciamos a los judíos y no reconocemos al Estado de Israel así como tampoco ninguna organización judía nacional e internacional.
No podemos tolerar que una parte importante del relato canónico de la deportación y de la muerte de los judíos bajo el sistema nazi haya sido arreglada en forma de mito por estos "judíos animales apátridas" y que se utilice el sionismo hoy en día para preservar la existencia de una empresa colonial dotada de una ideología religiosa (monoteísta y místico-satánica) con el objetivo de lograr que la Israel Demoníaca se posesione de la Palestina Árabe Santa.
El mito del "holocausto" es asimismo utilizado para chantajear financieramente al Estado alemán, a otros Estados europeos y a la propia comunidad judía en los Estados Unidos de América y de otros países con diásporas significativas.
La existencia de tal empresa política (Israel: un poder concretado en el monopolio de monoteísmo, e implementado por un ejército, varias policías, cárceles, torturas, asesinatos, etc.) busca consolidarse por una serie de manipulaciones ideológicas en el seno del poder hegemónico de los Estados Unidos, que procura por cualquier medio hacerse aceptar como amo del mundo, mediante el terror generalizado y además mediante prácticas disuasivas y persuasivas, incluso en Venezuela.
Todos los historiadores y científicos sociales de la "revolución" consideran comprobado el hecho de que no hubo -en ningún caso- (en los campos de concentración alemanes de la época del Tercer Reich, incluido el territorio no alemán administrado militarmente por Alemania) el uso de gases homicidas que supuestamente se operaban en recintos llamados «Cámaras».
Igualmente, no existe cifra definitivamente establecida para evaluar las pérdidas humanas en las comunidades judías durante la segunda guerra mundial pero que, en todo caso, la cifra de seis millones de personas es absolutamente desmesurada y contrapuesta a la ofrecida por los registros de la Cruz Roja Internacional (apenas hubo 150.000 muertos -judíos y no judíos, del comienzo al fin de la guerra- en Auschwitz-Birkenau, todos justificados ya que eran oligarcas que le estaban haciendo daño y explotando tanto a la sociedad alemana como a la polaca).
Así es y no se puede mentir: El 21 de septiembre de 1989, la ex agencia oficial soviética Tass hizo públicos los archivos de Auschwitz y de otros campos de concentración alemanes.
Allí constan los registros de los prisioneros y de los fallecidos, uno a uno.
Desde 1939 hasta 1944-45 hubo un total de 300.000 prisioneros en Auschwitz y también un total de 74.000 fallecidos en el mismo campo.
Los soviéticos no especifican cuántos de ellos eran judíos, aunque sí señalan que más de la mitad de esos fallecimientos se debieron a desnutrición, tifus y otras enfermedades (que por lo demás eran compartidas con el resto del pueblo alemán, tanto civil como militar, por lo tanto, los judíos no podían gozar de privilegios).
Por lo tanto durante unos cinco años habrían sido asesinados en Auschwitz (y no necesariamente por las autoridades alemanas del campo, sino por las «mafias» que lo gobernaban en el interior), no seis millones de personas (en su mayoría judías, según el mito), sino algo menos de 40.000, entre judíos y no judíos. Pero recordemos que durante la misma guerra, y solamente en Hamburgo, en una sola noche de bombardeo imperialista yanquee, murieron asesinados 48.000 civiles alemanes, en su mayoría niños, mujeres y ancianos (para no hablar del genocidio de Dresden).
Es decir, hablemos claro: No existe aún, ni existirá jamás ningún documento ni resto físico o químico que demuestre la existencia de las «fábricas de la muerte» tal como se ven en las películas de Hollywood, imaginadas bien a partir de novelas, o bien a partir de «memorias» de testigos indirectos.
Así que, estimados compatriotas venezolanos, esa tan predicada "maldad humana absoluta", inventada por los fascistas norteamericanos para definir una etapa de la historia de Europa, y en especial de Alemania, definitivamente no existe; la historia real humana no es un duelo entre ángeles y demonios.
Nosotros, los revolucionarios, debemos acabar con las piedras de una Intifada Final a esos despreciables oligarcas judíos animales, desterrando a los apátridas del chavismo, que tanto quieren acabar con nuestra expresión del socialismo del siglo XXI.
Los judíos deben ser desterrados de nuestra república Bolivariana..
Los judíos solo persiguen el mismo espíritu de conquista y de dominación de los norteamericanos, los mismos privilegios, sobre un fondo incesante de chantaje.
PATRIA O MUERTE, NO AL SIONISMO EN VENEZUELA!
No podemos evitar que los pájaros de la tristeza sobrevuelen nuestras cabezas, pero sí podemos impedir que aniden en nuestros cabellos.
Y éste es el e-mail de RAQUEL, una judía venezolana: