Shabat 23 Kislev 5769 - 20 Diciembre 2008
Diferentes hijos, diferentes amores.
Hay cosas que los siglos no cambian. Los hermanos de José se sentían doblemente agraviados: por ellos, hijos igualmente, y por su madre, ejemplo de abnegación y sentido del deber. Pero todos sabemos que con eso no alcanza para que se enamoren de nosotros. Jacob seguía sin aprender de lo vivido en su juventud con respecto a su propio hermano, Esaú. Esos resquemores familiares suelen cambiar el curso de la historia. José era el objetivo a derribar y además se atrevía a contar sus sueños donde las “gavillas” de sus once hermanos se inclinaban ante “su gavilla”. Su suerte estaba echada. Sólo faltaba tener la ocasión y, si se espera, siempre llega. El padre propició la tragedia cuando envió a su José en busca de sus hermanos.
Algunos símbolos tomados por la Masonería
Dálet (D), se asemeja a una ESCUADRA que simboliza la JUSTICIA.
Nun sofit (N final), se asemeja a una REGLA que simboliza la RECTITUD
Que cada cual saque sus conclusiones.
Ribadavia (Ourense . Galicia) antiguo Barrio Judío
Continuemos. De la trama fraticida el que destaca como líder es Judá cuya idea de vender a José a unos mercaderes que iban hacia Egipto, fue secundada por sus hermanos sin más. Parecía buena idea: se libraban de él dándolo por muerto ante el padre sin mancharse las manos de sangre. Pero el erigirse en líder de la familia suele acabar en lo que llaman los psicólogos “el triángulo dramático”. Si sale bien seguirán acudiendo a él, dejarán que él decida y todos los demás se arrogarán el mérito. Gracias a nosotros, dirán. Pero si sale mal sólo él será el culpable, eso sí que no lo van a compartir. Por culpa de él, dirán.
Es aquí donde realmente comienza la historia de José. La historia de una persona suele empezar cuando emprende el camino sola. Cuando por un motivo u otro abandona la casa de sus padres para hacerse cargo de su propia vida. Y el caso de José es también un exilio, pero hay tantas maneras de vivirlo. Las circunstancias externas tienen su peso, pero lo determinante es la madera de la que estemos hechos cada uno.
Aquí, en Galicia, por ejemplo. Nada nos habla del mundo judío, de la cultura, religión, música, costumbres, comida.... todo nos es ajeno y vivimos una doble vida. La mayor parte de nosotros hemos llevado esta condición como “un secreto de familia” hasta ahora en que los tiempos son llegados, como dice el himno gallego. Nadie, ni en el trabajo, ni entre los amigos, ni a veces entre la familia política era conocida esa parte de nuestra alma, la más fundamental, la que nos hace ser lo que somos, a la que no podemos ni queremos renunciar. Y nos exiliamos interiormente. No tenemos con quién compartir. A quién decir Shalom?. Quién podría entender que un viernes a la tarde cuando vamos a casa para hacer una ceremonia que hasta ahora solíamos hacer en la intimidad, saludáramos a un vecino en el ascensor con un
Shabat Shalom
Cómo explicar su significado profundo, el sentimiento de tribu, la Historia común.
Cómo afrontar esto?
José es un ejemplo de las etapas de un judío en el exilio. Saberse solo o en absoluta minoría a su llegada a Egipto.
Como aquí, al principio eres un judío rodeado de extraños y eso afecta a tu forma de vida. Te sientes solo, desarraigado, haces lo posible por cumplir con tus normas de vida, pero te percibes débil y te dejas invadir por el mundo exterior que te envuelve y llega a anular tu esencia. Pero a veces, por las noches, miras la luna y recuerdas que tu calendario es otro, que esta noche hay luna llena y seguramente es el 15 de Kislev y pronto será Januká. Vives como un lobo estepario. Te sientas en un borde de la cama, hundes tu rostro en las palmas de tus manos y nadie te ve llorar. Así vives la primera etapa de tu exilio.
Pero una mañana te despiertas, abres los ojos y de manera instintiva repites lo que llevan repitiendo tus antepasados desde hace miles de años:
Modé (mujeres: Modá) aní lefaneja Melej jai vekaiam shehejezarta bi nishmatí behemlá; Rabá emunateja.
Y te lavas, te vistes.... y te yergues, sí, te yergues para siempre y dices las palabras que harán que jamás vuelvas a olvidarte de quién eres:
SHEMÁ ISRAEL, Adonai Eloheinu, Adonai Ejad.
Baruj Shem Kevod Maljutó LeOlam Vaed.
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Sales de tu casa y te vas al trabajo. Vives en esa calle de esa ciudad, sabes o crees que estás solo pero no te importa, eres judío estés donde estés, bajo cualquier circunstancia. Compras unas velas para el Shabat y aunque no tienes cerca a nadie más como tú, sabes que ese mismo día a esa misma hora a todo lo largo del meridiano en el que te toca vivir, tu voz se añadirá a las otras que digan
Baruj atá Adonai, Eloheinu Melej HaOlam asher kidshanu
bemitzvotav vetzivanu lehadlik ner shel Shabat.
Y dará comienzo el Shabat y sabes entonces que no estás solo, que esas palabras rodearán la tierra esta noche. Hace unas horas se pronunciaron en Jerusalem, dentro de seis horas comenzarán a decirse en América. Rodearán la tierra. Cómo sentirse solo. Ésta es otra manera de vivir el exilio.
Hay otra aún. Un nivel superior. Esa fortaleza capaz de modificar lo que a uno le envuelve, de hacer que donde estemos, con quién estemos, en cualquier situación, tengamos esa capacidad de transformar el exilio mismo hasta convertirlo en una fuente de riqueza interior para nosotros y para los demás. Al fin y al cabo la vida es un ejercicio de gozo y dolor, un adiestramiento constante del que si se es sabio se sabrá tomar lección.
Judá y Tamar
Esta Parashá intercala una historia del hermano de José, Judá, y su nuera, Tamar. Me parece muy instructiva. Hay engaño, determinación, astucia, valentía.....
Judá vive lo que vivió su padre, Jacob. Ahora sabe lo que es perder a un hijo, pero por partida doble. Pierde a dos de sus hijos, Er y Onán. Tamar enviuda también de ambos sin lograr descendencia. Judá, su suegro, le promete que la desposará con el hijo que le queda, Shelá, pero tiene que esperar a que crezca. Tamar espera y siente como corre su reloj biológico. Como en la parashá Vayetzé (y salió...) (Génesis XXVIII) cuando Raquel muestra su desesperación a Isaac: “dame hijos, que si no, soy muerta”, así se debía sentir Tamar, pero agravado por el hecho de su viudedad y la sospecha de que su suegro, llegado el momento, no la desposaría con Shelá.
Eran otros tiempos y nada se era sin ser “la madre de”. Era la única forma de existir, de perdurar. Ser fecunda como la buena tierra. Hace falta mucho valor para hacer lo que Tamar. Pero sólo el valor no es nada sin inteligencia, se queda en un acto suicida, insensato. Tamar tenía la suficiente astucia para asegurarse al menos un cierto porcentaje de éxito en su hazaña y la suficiente entereza para enfrentarse a las consecuencias cuales fueran. Estaba determinada a que su descendencia fuera de la estirpe de Judá. Y haciéndose pasar por prostituta fue al encuentro de su suegro, Judá, recién viudo por otra parte. Qué se le podía pedir a un hombre en aquel tiempo como prueba de su paternidad?. No había testigos, no había ADN que analizar, y además se hizo pasar por quién no era. Un hombre poderoso como Judá portaba los símbolos de su rango: su báculo, y su sello sujeto a unos cordoncillos. Eso pidió. Eso la salvó de ser quemada viva. Aunque Tamar no descubrió a Judá hasta que las cosas no llegaron a ese punto. Él era el único que podía salvarla, pero a costa de su honor. La respuesta de Judá fue la de un hombre que reconoce su error y asume sus consecuencias. Se ennobleció. “Ella es más justa que yo. Esto fue hecho por mí”. Y parió gemelos, uno se llamó Péretz (brecha) y el otro Zéraj. Tamar, una brava mujer que sabía lo que quería y empeñó su vida en alcanzarlo.
El próximo 25 de Kislev (22 de diciembre) empieza Januká.
Shalom veJag Janucá Sameaj.
4 comentarios:
Hola Luisa,
muchas gracias por tu comentario sobre la parasha de la semana.
Fu le primera vez que descubri lo del "mida keneged mida" entre Yehuda que vende a José y pierde sus hijos.
A mi este me parece una de las lecciones mas importantes del Judaismos: no juzgar a los demas, porque en este caso Hashem manda situaciones tan dificiles donde uno se comporta aun peor que el que hemos juzgado.
A mi me ha occurrido muchas veces. Pero lo mismo me parece dificil no juzgar y todo esto.
Lo que escribes sobre la vida en el exilio, lo conosco muy bien. Tengo una bisavuela (materna) que es judia, pero toda la mia familia era catolica.
A los 17 años descubri que soy judia por mi descnedencia maternal y decidi de vivir una vida judia. Empeze aprender hebreo, a aprender sobre la halaja, a respectar la kashrut y el shabat.
Al inicio, hice muchas cosas sola, de manera autodidactica.
Por eso tengo mucha afinidad para los Anusim.
Luego no fue facil en la comunidad judia tampoco, porque la gente se preguntaba: aquella no la hemos visto nunca, de donde sale de repente?
Ahora llevo ya casi 20 años en esta comunidad de Zurich, donde se encuentran todos los matices, desde el Jaredi hasta el liberal.
PS: Me impresiono mucho lo que dijiste sobre las velas del shabbat en el exilio.
El exilio es dificil por algunas razones.
1) Tener bastante personalidad para permanecer distinto de los demas. A mi por ejemplo me parece muy dificil, cuando estoy con gente que no son judios, lavarme las manos antes de comer pan y hacer la braja despues. Porque no tengo el coraje pare decir: pardon, no sigo hablando, ahora voy a rezar. Por otro lado, no tengo problema para decirles que no como con ellos.
2) José siempre habla de Hashem aunque su D-io no fue lo mismo que el de los demas. (En la escena del sueno del par'o dice "Hashem me ensena la solucion). Por esto hace falta mucho coraje tambien.
3) Pero lo mas importante es que José tiene que tener un comportamiento irreprochable - si no hace un Jilul hashe. Y esto, a mi, me parece casi imposible.
Muchos saludos
Shoshi
Shalom, Shoshi,
Gracias a ti por tus hermosos comentarios. Es prodigioso que existamos, tanto los judíos "de toda la vida" como los "anusim". Aquí no tenemos sinagoga aún, pero sí la determinación de no desaparecer, de no renunciar jamás a esta alma judía nuestra. Hacemos lo que podemos. Me gustaría conocer tu Sinagoga donde todas las tendencias del judaismo tienen cabida.
No puedo ponerme en contacto contigo (no sé tu email), el mio es luisaiconde@gmail.com. Me gustaría que me escribieras.
Shabat Shalom.
Luisa Conde
Gran post, muchas gracias. financial help
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