Yom Shishi, 9 Jeshvan, 5769
SHALOM ALEJEM
Shalom alejem
Malaje hashalom
Malaje elyon.
Mimelej malje hamelajim
Hakadosh baruj hu.
Boajem leshalom
Malaje hashalom
Malaje elyon.
Mimelej malje hamelajim
Hakadosh baruj hu.
La paz esté con vosotros,
Oh, ángeles de la paz,
ángeles del Altísimo
enviados por el Rey de reyes,
El Santo, Bendito sea Él.
Vuestra venida sea en paz,
Oh, ángeles de la paz
ángeles del Altísimo
enviados por el Rey de reyes,
El Santo, Bendito sea Él.
Este cántico se entona para los dos ángeles que según la tradición acompañan a cada judío desde la sinagoga a su casa, uno bueno y otro malo. De acuerdo con el Talmud, cuando reina en la casa una atmósfera de orden, de paz y de serenidad correspondientes al sábado, con las velas encendidas y la mesa puesta apropiadamente para la comida de este día sagrado, el ángel bueno proclama alegremente:
"Que la casa sea como símbolo de paz y de alegría sagradas también para el sábado venidero".
Y el ángel malo responde:
"Amen"
Pero si la casa permanece en la oscuridad y en el desorden, desprovista del espíritu sagrado del sábado, el ángel malo exclama triunfalmente:
"Que esta casa esté desprovista de alegría y paz también el sábado venidero"
Y el ángel bueno responde forzosamente:
"Amen".
La casa judía que no hace la preparación sagrada del sábado, se condena a un sábado desprovisto de fulgor y de espíritu de santidad; siendo así, no habrá inspiración ni estímulo alguno para hacer lo que se debe en la semana próxima, en tando que aquél que observa el sábado debidamente, es recompensado con la santificación de ese día de manera digna, para siempre.
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