martes, 19 de agosto de 2008

Libelo de Sangre todavía hoy, en Sevilla

Por L. Conde

Santo Domingo del Val

(1243 - 1250)

"Niño monaguillo de la Seo de Zaragoza, fue crucificado por los judíos en odio de la fe, para sacarle la sangre y sorberla en el rito nefando de su Pascua".


En pleno barrio de la Judería de Sevilla (Santa Cruz), en la Iglesia de San Nicolás de Bari, se halla un altar presidido por esta imagen de dudoso valor artístico, de un monaguillo crucificado.

Representa a San Domingo de Val, que algunos historiadores creen que jamás existió; a los pies de dicha imagen podemos observar un gran medallón con una leyenda que hace referencia a la historia de dicho santo.

Aquí algunos partidos políticos se afanan en eliminar de las ciudades estatuas del anterior dictador que murió en la cama a la avanzada edad de 83 años en 1975, borran los nombres de las calles que llevan el nombre de Generalísimo Franco, así parece que jamás hubo aquí una dictadura fascista, de hecho en las clases de Historia se pasa de puntillas por esa reciente época. Pero existió. El pueblo tiene memoria.

La Iglesia Católica, en cambio, ni siquiera se preocupa de que haya altares como el de este monaguillo, que a buen seguro tendrá su club de fans de beatas, y que a la luz de estos tiempos más que enfadar a los judíos, nos mueve a la hilaridad ante tamaña estulticia. Ahí está, como la cosa más natural del mundo, a nadie le extraña una leyenda así al pie de un altar católico. Al fin y al cabo por más que el Papa de Roma nos absolviera después de 2000 años de la acusación de dar muerte a su dios, eso no contribuyó a que disminuyera el antisemitismo que según ellos se basaba también en eso de que éramos un pueblo deicida. Díganme, algún otro pueblo puede exhibir semejante currículum?. Somos el pueblo elegido, para estas cosas también.

Yo lo dejaría tal cual para escarnio y mofa de quienes veneran algo así, pero, qué quieren, me apetece dar la lata, así que escribamos a Su Eminencia Reverendísima, el Cardenal Arzobispo de Sevilla, para ver si tiene a bien retirar físicamente de los altares a Santo Domingo del Val, por aquello de la judeofobia y tal, y también por amor al arte. A ver qué pasa.

Puede ser una iniciativa muy chusca, teniendo en cuenta que en Santiago de Compostela preside el Ayuntamiento una estatua ecuestre de Santiago Matamoros en la batalla de Clavijo. Pero de eliminar esa "afrenta" que se encarguen los susodichos, que me temo que si se animan lo harán con menos sentido del humor.

Pues para pedir que sea físicamente retirado de los altares Santo Domingo del Val, si lo estiman oportuno, escriban a:

Cardenal Arzobispo Fray Carlos Amigo Vallejo

l,

Arzobispado de Sevilla
Pza. Virgen de los Reyes s/n.
41004 Sevilla (España)

.... Y quién sabe, a lo mejor va y lo quitan.

Shalom

3 comentarios:

Fer Nando dijo...

Muy interesante post, y con imágenes muy ilustrativas. Me hizo acordar que, hace poco, un cura retiró la espada de una estatua de Santiago Matamoros.

Veamos si tienen el mismo rasero, y más tomando en cuenta que la estatua de Santiago Matamoros correspondía, en definitiva, a un hecho histórico, y la de este libelo no.

Suelo leer su blog, desde hace un tiempo. Saludos.

Anónimo dijo...

Tienes un merecido premio en mi blog.
felicitaciones !

http://bajurtov.wordpress.com/2008/08/23/premio-brillante-weblog/

Un abrazo

Anónimo dijo...
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